Caminante, no hay escuela: se aprende el camino al vivir
Iván Illich lanza una crítica directa y concisa a la educación al haberla confundido como escolarización. Pero,..¿Y si no fuera el verdadero problema la falta de acceso a las escuelas, sino la creencia de que solo dentro de ellas se puede aprender?
Para Illich la escuela ha ido dejando de ser progresivamente un espacio educativo, para convertirse en una especie de "religión institucional" ya que tiene sus dogmas (como que cuanto más años de estudio, somos mejores personas), sus rituales (exámenes, grados, diplomas) y hasta su clero (maestros, inspectores, directores, orientadores...). Pero lo más peligroso es que nos ha hecho creer de fuera de sus paredes, el conocimiento no existe.
Este sistema, además de excluir otras formas de aprendizaje convierte también la educación como un sistema de clasificación social, ya que según él, la escuela no iguala oportunidades: sino que consolida las desigualdades
Cuando leí esto se me vino a la mente cuando en sociología de la educación estuvimos hablando de que la escuela no era una institución neutral debido a que el sistema educativo institucional estaba diseñado por y para las clases altas.
Esto es porque según Pierre Bourdieu y Jean- Claude Passeron (dos sociólogos muy importantes en el ámbito educativo) afirmaron que la escuela impone un arbitrario cultural en donde establece una selección concreta de saberes que se presentan como la "cultura", y esta cultura se corresponde mucho más las clases altas
Es por esto que tanto Illich, como Bourdieu y Passeron coinciden en que la escuela no es el gran igualador de que promete ser sino que es un sistema que reproduce las jerarquías sociales.
Por tanto, en lugar de buscar liberar a las personas, la escuela las etiqueta, las separa y las moldea para que encajen en su propia estructura.
Frente a esto., Illich no se limita únicamente a la crítica, sino que también propone sus propias soluciones. Entre ellas, destaca la idea de crear redes de aprendizaje abiertas, en donde cualquiera puede enseñar, aprender, compartir y explorar. Nada de horarios, exámenes, notas o certificados.
Me he dado cuenta de que hace tiempo no conecto mis entradas con algo de arte, y la verdad es que lo echo de menos. Y justo creo que esta temática se puede mirar desde los sensible, lo poético.
Quiero centrarme en lo poético porque considero que la poesía es una herramienta valiosa capaz de hacer parecer sencillo lo que puede parecer complejo. A veces, unos pocos versos de un poema nos dicen más que páginas enteras de análisis. Y como para mi este tema me parece complejo de abordar se me vinieron a la cabeza dos versos de un poema de Antonio Machado que, como tantas veces, dicen mucho con poco:
"Caminante, no hay camino
Se hace camino al andar"
Esta idea de hacer camino al andar se me parece mucho a lo que propone Illich al considerar que el aprendizaje no tiene por qué seguir un solo recorrido, que no necesitamos un camino ya trazado para poder aprender, que tenemos la capacidad de construir nuestro propio camino a partir de nuestros intereses, experiencias y gustos.
Por tanto, creo que si Illich hubiera adaptado el poema a su pensamiento sobre la educación, podríamos imaginarlo de la siguiente manera:
"Aprendiz, no hay escuela:
se aprende el camino al vivir"
Illich, I (2001). La sociedad desescolarizada. Godot
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